domingo, 21 de febrero de 2010

Nubes blanditas


Es curioso, la vida se va completando cada vez menos de experiencias por vivir y cada vez más de recuerdos e historias pasadas. Vivimos de las historias, de lo que llevo a mis espaldas. Y todos esos besos que di en las caras que han pasado por delante de mí, los di con tanta pasión… Y pensar que ahora sólo cuelgan de los recuerdos, y te entra el miedo de que la persona a la que entregaste algo tan fuerte, ese cortocircuito en tu cabeza y tu corazón, lo desvalorice y el olvido te lo puede robar, que esa persona no vuelva a recordarlo, que lo eche en el cajón de sastre, que quede desvalido junto a abrazos o miradas marchitas.

El miedo te pone en una encrucijada, entregarse o dominar tu corazón por la razón. La fugacidad o la seguridad, la pasión o el control…

Personalmente, abogo por lo primero, el cariño está ausente en las personas hoy, y yo me estoy educando en la afección desmedida. Es difícil, pero no me arrepiento de esos besos que tengo en mi recuerdo, de los latidos y la luz que se iluminaba en la persona a la que se los entregaba, en cualquier situación son bien agradecidos, reconfortan como una nube de algodón.

Siempre he querido tirarme de un avión a las nubes que veo a mi alrededor…

1 pensamientos de otras cabezas:

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Siempre queda por vivir, vida como fuente inagotable de experiencias, fuente inagotable de acontecimientos, sorpresas, giros, elementos azarosos, triunfos, fracasos, conquistas, recogimiento, expansión, fuerzas, danza, juego...